Una celebración diferente, una boda muy íntima y personal en la que se han cuidado todos los detalles, con una estética otoñal preciosa, donde colores, flores y alimentos propios de dicha estación están presentes, creando un ambiente bucólico con notas naturales y convirtiendo esta boda en un auténtico cuento.
La sencillez es la característica que mas destaca, no es la típica boda multitudinaria a la que estamos acostumbrados, y es que no a todo el mundo le gustan las celebraciones de ese tipo, sino mas discretas e informales, pero no por ello menos cuidadas.
Tonos marrones, verdes, crudos y burdeos son los encargados de dar vida a este evento, los vemos presentes tanto en el delicioso buffet de entrantes y platos principales como en la mesa dulce que no puede ser mas completa, pasando por el precioso jardín donde tiene lugar la boda, el ramo de la novia, el menaje o los delicados centros que decoran la mesa.
Mesa elegante donde la naturaleza está presente y combina a la perfección con la preciosa cubertería y la fina cristalería elegidas para vestir la mesa de una forma mas especial si cabe, detalles que pueden cuidarse en celebraciones reducidas como esta.
Podría seguir enumerando detalles pero es mas de ver que de escribir, así que tómate tiempo para disfrutar de esta bonita galería y observar todas y cada una de las particularidades que la hacen tan sorprendente.
Me declaro fan total de las bodas de otoño e invierno y con imágenes como estas me enamoro más de estos estilismos propios de los meses de frío que me parece que tienen un encanto diferente.
¿Qué te ha parecido el ambiente creado? ¿Qué te ha sorprendido mas?
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Feliz día.
Sonia.
