Estamos en temporada de calabaza y por ello he querido aprovechar la oportunidad para convertir este rico alimento en el protagonista de la receta dulce del mes, un delicioso helado de calabaza y queso mascarpone, de sabor suave pero a la vez intenso que os encantará. Encontrar calabazas será una tarea sencilla, ya que además de para cocinar se utilizan para diseñar ambientes relacionados con Halloween, una festividad que cada vez va teniendo más fuerza en nuestro país , por lo que tanto su oferta como demanda es mayor. Un postre frío y cremoso para disfrutar en otoño, y el aliado perfecto para culminar alguna cena temática de Halloween, ¿no os parece?
- 400 g de Calabaza cocida
- 200 g de Mascarpone
- 100 g de Nata líquida
- 150 g de Azúcar
- 100 g de Calabaza cruda
- 250 g de Almíbar
Elaboración:
Dar un hervor a la nata con el azúcar para disolverlo y mezclarlo a continuación con el mascarpone y la calabaza cocida, triturada y muy escurrida. Congelar esta mezcla e ir separándola a medida que vaya cogiendo frío. Triturar en vaso americano.
Para hacer el cruijiente cortamos finas laminas de calabaza y las pasamos por el almíbar hirviendo apenas un minuto. Las extendemos sobre un papel parafinado y las secamos en el horno a 100º C durante una hora y media.
Servir.
Como véis se trata de una receta sencilla de preparar, y nada convencional de cara a los días fríos, aunque a decir verdad el helado ya no es solo para el verano, sienta bien en cualquier época del año.
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