La caliza es una roca sedimentaria de origen natural, compuesta principalmente por una serie de capas de carbonato cálcico (calcita), residuos de materia orgánica, criaturas marinas, corales y plantas acuáticas, o bien carbonatos depositados a través de las precipitaciones. En ocasiones, podemos encontrar calcita pura, pero lo normal es que esta se haya mezclado con restos de otros minerales y se le denomine calcita sucia por su composición.
Son piedras importantes ya que se utilizan como material de construcción, ya sea directa o indirectamente. No son tan fuertes como la piedra arenisca y son fácilmente erosionables con los ácidos, por eso mas que para soportar peso con el levantamiento de estructuras, se usa como revestimiento, cumpliendo una función más estética y decorativa.
Existen diferentes tipos que se pueden distinguir gracias a su forma, color y demás características que faciliten información sobre la piedra. Aunque la caliza presenta un aspecto blando y poroso podemos encontrar determinadas variedades de mayor dureza, aproximándose casi a la que caracteriza al granito.
Se puede encontrar en todo el mundo, pero la que se extrae en Francia se considera menos porosa, más dura y fina que otras. Según cual sea su zona de procedencia se hallan especies diferentes, variando sus tonalidades, dureza, porosidad y textura, factores que empiezan a ganar importancia según los acabados estéticos que necesitemos.
Por lo general, tienen una tonalidad pálida y fría, con tonos neutros que varían desde el color hueso hasta los dorados y grises, pudiendo encontrarnos, excepcionalmente, con gamas más intensos como pueden ser azules vivos. Presentan texturas con diseños jaspeados, con vetas o salpicados, donde es posible encontrar contornos fosilizados de vida animal o vegetal.
Se suele cortar en bloques y losas de dimensiones específicas para usos en la construcción y arquitectura, con el fin de revestir y decorar diferentes espacios, ya sean interiores o exteriores. Con la piedra caliza podemos crear pavimentos elegantes y contemporáneos, perfectos en ambientes de estética minimalista. Como revestimiento de paredes será una opción acertada ya que recrea zonas cálidas, combina perfectamente con otros materiales y sus tonalidades acogerán diferentes composiciones cromáticas que enriquecerán los ambientes. Con ella también se pueden crear lavabos,peldaños de escaleras, encimeras o bañeras, entre otros muchas formas y accesorios, todo ello gracias a la maleabilidad que presenta, permitiendo crear diferentes formas.
También ofrece la posibilidad de revestir fachadas, mostrando un aspecto más atractivo y cuidado, adquiriendo un carácter personal, o bien utilizarlo en jardines y piscinas, zonas que están frecuentemente en contacto con el agua, y donde la caliza resulta un material muy agradecido gracias a su rápido secado.
Respecto a su mantenimiento y acabados, debe sellarse para estar protegida de manchas, y en el caso de querer pulirla, es aconsejable mantener el acabado estándar y aplicar un chorro de arena para conseguir una superficie antideslizante. Si lo que se quiere es intensificar el color de la piedra deberá ser rectificada.
Es un material que ofrece muchas posibilidades artísticas y decorativas, y tiene una larga durabilidad.
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