Blog

La taberna Arzábal abre sus puertas el 6 de mayo de 2009 de la mano de sus dueños, Iván y Álvaro, en la C/ Castello nº2, en el madrileño Barrio de Retiro, en un local acogedor de dimensión reducida donde albergan seis mesas y una barra con capacidad para unas veinte personas. Tan solo unos meses después, en septiembre de 2010 en la C/ Menéndez Pelayo Nº13, a escasos metros de la sede madre, se ven obligados a abrir un segundo espacio debido a la desmesurada demanda y la falta de capacidad.

Es un negocio que, a pesar de los tiempos de crisis, sigue creciendo, y eso es debido al trato que ofrecen al cliente, a la excelente calidad de sus productos, a una cocina profesional y tradicional con toques renovados, y un entorno cuidado donde el diseño y una correcta distribución contribuyen al éxito.

Cuentan con una barra y zona de mesas altas, zona perfecta para tomar un vino acompañado de alguna ración durante el aperitivo o en plan de picoteo o tapeo, una tradicional costumbre que está tan de moda y que ofrecen este tipo de establecimientos con una nueva gastronomía madrileña. Para disfrutar de una comida o cena más tranquilamente disponen de mesas en ambos locales, a las que si queremos tener acceso, previamente debemos reservar ya que lo más normal es que esté lleno y tengamos que esperar o dejarlo para otra ocasión.

Además de ofrecer los sabores de toda la vida con un toque contemporáneo y original, han ampliado sus servicios con una selección de platos para llevar, dos menús para recoger y terminar de preparar en casa, y un servicios de catering para organización de eventos como pueden ser cocktails, presentaciones de proyectos o una reunión familiar en la misma taberna. 

Debemos destacar una amplia carta de vinos, ya que además de ser profesionales de la gastronomía también presumen de una profunda cultura enológica. Para los profanos de este arte, siempre contaréis con la ayuda del personal de este establecimiento que os aconsejarán lo más adecuado a cad paladaer.

Su decoración es todo un acierto, cuidada en todo tipo de detalles y haciendo uso de tonalidades y materiales que son los responsables de crear un ambiente tan acogedor como elegante, a la vez. Existe un contraste notable entre paredes y mobiliario, donde se han utilizado tonos claros y maderas en color wengué. La pared esta divida, en la parte superior, generando amplitud y potenciando la luminosidad, se ha empleado un color neutro, y la parte inferior se ha forrado con paneles en madera, gran aliado para incrementar la sensación de confort e intimidad. Las mesas y las sillas tambien se distinguen por el color, las primeras del color base de las paredes y los asientos en la tonalidad oscura. En una de sus paredes resaltan unas pizarras enmarcadas en plata donde podemos ver de manera original carta de platos, raciones y vinos.

 La ilumiación ha sido estudiada con prescisión, logrando una luz cálida graciás al uso de halógenos y lámparas de pared regulables que permiten iluminar determinados puntos según la distribución de los elementos. Disponen de amplios ventanales que mejoran la sensación de amplitud, y tienen la ventaja de entrada de luz natural y disfrutar de vistas a la calle.

Dos vitrinas/botelleros ordenan y clasifican las botellas, decoran y dividen visualmente dos ambientes, tres funciones en un único espacio. Las cristaleras mejoran el paso de la luz entre las distintas zonas y crean sensación de desahogo y ligereza al conectar ambas, de forma tan sutil.

Todo está pensado al detalle y es por ello que se ha convertido en una de las tabernas de moda en Madrid. He tenido la oportunidad de visitarles en un par de ocasiones, pero espero que la próxima visita sea dentro de poco.

Podéis seguirme en Facebook (Página) / (Grupo) y Twitter.

Muchos besos!!!